Verdadera vida

Tanto que me gustaba el yo de antes,
el mismo que encarnaba una exponencial tragedia andante
con el corazon en la cara triste, relleno de emociones combinadas
debidas a un monton de rarezas y almas en pena,
que descorazonadas decidieron un día
que deje de ser ese yo que me gustaba;
me quitaron el alma y me dejaron la pena
las emociones combinadas transtornaron en disparatadas
las rarezas eran mi normalidad
y las tragedias el pan de mi cotidianeidad.

Yo, el de ahora, me mantengo en silencio
implorando un trago de verdadera vida
que todo se ha vuelto una tragicomedia inconclusa
una sinfonía sin violines ni vientos metálicos
el vano tormento de un ingenuo.

Está claro que no resurge ese yo de antes ahora
pero ¡como quisiera que vuelva!
y aunque la magia no existe
era mágico despilfarrar mi cabeza en los relatos.

Alguna vez estuve vivo

En cuanto la noche se torna en madrugada,
con vibras nostalgicas e inminente y falso silencio,
se traspone cobarde y tristemente
una nota musical en tonalidad menor.

¡Qué disparate!
nada más remoto que aquel agujero en el pecho,
tan profundo que parece que no existe, que parece que se ha ido,
hasta cuando se camina por lugares donde ya he pasado antes.

¡Por Dios estuve vivo alguna vez!
y se demuestra porque el concreto rellena las huellas un instante
demostrando que amé alguna vez.

Tu recuerdo

Se remueve de la colina celeste,
en cada vez que te prestes
a brindarme una sonrisa,
una tarde de medio sol
difuminada a lo lejos
contigo hace mucho tiempo
en el recuerdo.
Y lo primordial:
estoy siendo irracional,
que te vea o no significa lo mismo:
Te amaré toda la vida.
Que nuestra sincronía
llena mi melancolía
porque ya no estas conmigo,
Porque solo soy
un bonito recuerdo en tu memoria.