lunes, 14 de enero de 2013

Verdadera vida

Tanto que me gustaba el yo de antes,
el mismo que encarnaba una exponencial tragedia andante
con el corazon en la cara triste, relleno de emociones combinadas
debidas a un monton de rarezas y almas en pena,
que descorazonadas decidieron un día
que deje de ser ese yo que me gustaba;
me quitaron el alma y me dejaron la pena
las emociones combinadas transtornaron en disparatadas
las rarezas eran mi normalidad
y las tragedias el pan de mi cotidianeidad.

Yo, el de ahora, me mantengo en silencio
implorando un trago de verdadera vida
que todo se ha vuelto una tragicomedia inconclusa
una sinfonía sin violines ni vientos metálicos
el vano tormento de un ingenuo.

Está claro que no resurge ese yo de antes ahora
pero ¡como quisiera que vuelva!
y aunque la magia no existe
era mágico despilfarrar mi cabeza en los relatos.

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