lunes, 18 de noviembre de 2019

Represión jugosa (la oportunidad que nunca llegó)

Lo que yo veo,
lo que yo siento,
se desmorona a pedazos.
Una ilusión,
un vago deseo
camuflado,
desesperado.

El caos lo comprende,
además de todo lo conocido,
son momentos inevitables
donde todo parece incierto,
todo efímero
y eterno a la vez.

Como cuando uno desea volar
y no puede.
O mejor,
no debe,
porque el mundo
va a otro ritmo.
En el que 
en esa realidad alternativa
no logras,
no vives,
no sientes,
no eres quien para juzgar,
ni el forjar de tu propio destino.

¿Qué clase de vida es esa?
Pseudo-libertad,
cuasi-felicidad limitada
¿en qué momento se verá justificada?
si todo lo que parece verdad 
no es más que una vil pantalla
para todo aquel que nunca tiene beneficios.

La oportunidad que nunca llegó,
luego de noches de desvelo,
a la espera de un momento de lucidez y esmero.
Gracias por no aparecer al final,
solo he notado ahora que ese no es mi camino.

¿Dónde se supone que debo ir ahora?
¿qué se supone que haga?
las reservas de calma y pacifismo se agotan.
¿Acaso el mundo prefiere verme gritar?,
¿agitar y ser tomado como loco?

No se trata de una simple ocasión,
esto se repite, y se repite,
como una maldita y sucia costumbre.

Represión silenciosa,
jugosa para los que acostumbran
a utilizar otros medios.

¿Qué recompensa hay 
al tratar de ser justo?
si la misma justicia 
detesta la ética ficticia
del ser humano.

No está en mi código pisotear a nadie,
sino librar una batalla conmigo
y las adversidades.

Estas letras son para los que luchan
bajo la sombra del olvido,
los guerreros que batallamos en contra
de todo el asqueroso sistema.

martes, 5 de noviembre de 2019

La muerte disfrazada de vida en su baile


Siento una chipótlica necesidad
de añadirle sabor a esta tortillezca vida.
Colocarle cilantro y cebolla
al taco al pastor existencial.
Ser la piña que suma y la crema que atenúa
mis picantes ganas de renunciar.

Tendría que ser sobre la trajinera Catrina
el remar y remar hacia mis sueños,
contando cada escalón
como un logro individual
a la cumbre azteca piramidal.

Despegarme de la cima
por el fuerte soplo tigrezco del viento,
y luego descender en espirales de colores,
soleados, "voladores",
con antenas crocantes y gotas de limón.

Llevar mi imaginación a lo perplejo,
y lo dorado del ambulante papel picado
se quedará en las memorias
de los perfectos calaverezcos momentos.
Uno a uno desgranando el elote del porvenir.


domingo, 7 de julio de 2019

Silencio definitivo (12/2007)

Mientras el silencio invade el instante, tu recibes de mi:
Un momento tardío,
un falso sosiego,
un halago descrito con nada
y un algo que quisiera decir.

La causa es injusta. ¿Cómo puedo amar sin hablar?
Y es que si tengo tu sí preguntaría confiado...

¿Me permites amarte enamorada?