martes, 5 de noviembre de 2019

La muerte disfrazada de vida en su baile


Siento una chipótlica necesidad
de añadirle sabor a esta tortillezca vida.
Colocarle cilantro y cebolla
al taco al pastor existencial.
Ser la piña que suma y la crema que atenúa
mis picantes ganas de renunciar.

Tendría que ser sobre la trajinera Catrina
el remar y remar hacia mis sueños,
contando cada escalón
como un logro individual
a la cumbre azteca piramidal.

Despegarme de la cima
por el fuerte soplo tigrezco del viento,
y luego descender en espirales de colores,
soleados, "voladores",
con antenas crocantes y gotas de limón.

Llevar mi imaginación a lo perplejo,
y lo dorado del ambulante papel picado
se quedará en las memorias
de los perfectos calaverezcos momentos.
Uno a uno desgranando el elote del porvenir.


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