martes, 27 de junio de 2017

De las noches más cortas


Mi reloj ya no sabe qué hora mostrar,
este nunca supo diferenciar
el día de la noche,
pero aparentemente me asegura
la típica noche fría de mi tierra.

Que son las 10 me dicen las manecillas,
¡miento!, las mágicas 9 de Madrid
y estas otra vez afirman
que el atardecer es parte del pasado.

Mientras tanto a la misma hora,
el sol cobijaba con sus últimos rayos
las almas de los transeúntes
 de aquella plaza que de rojo
cambiaba a marrón.

Ellos se estremecían de tanta belleza,
una atardecer en Moscú,
un trocito de vida plena.

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