viernes, 6 de agosto de 2010

Refracción emocional

Él estaba aún cubierto de una capa de un arraigado hedor inverosímil; poco después ese, que se veía tan vulnerable, fue adentrándose y tomó control. Entonces miserable, triste y depresivo desdibujaba él en sí mismo lo que alguna vez fue alegría.
Salía él, ensimismado, arrastrando su alma por el piso, del lugar.
Alrededor del universo se encontró con una luz que le bastó para sanar, echar a correr y sonsacar felicidad.
Ya despierto sin hedor y sin pesar, y sin rencor, y sin callar se encontraba ahora en un banquete de ambrosía y variedad. Repletó él hasta colmar su sed de cariño el alma que el mismo día murió de soledad, resucitándola, haciéndola vibrar.
Eternamente agradecido por el hálito de luz, él vive ahora cada instante sin cesar.

2 comentarios:

  1. wow simplmente espectacular.... me dejas sin palabras..... lo unico que debo añadir es que siempre siempre va ha estar ahi esa luz... solo debemos aprender a mirarla...

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  2. Siempre existirá esa luz al final del túnel, aunque a veces sea un tanto escurridisa...

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